domingo, 20 de octubre de 2024

Los trasplantes de San Quentin


La entrada de hoy a lo mejor a mis caballeros lectores, les da un poco de aprensión por el temita que voy a tratar. Digamos que un doctor con ideas basadas en las de Brown-Sequard, padre de la endocrinología que tenia unas ideas sobre los testículos un poquito particulares, dio un paso mas allá con ellos. Metámonos en materia...
El doctor Leo Stanley nació en 1886 en Buenavista, Oregón. Siguiendo los pasos de su padre, un medico rural, se matriculó en la universidad de Stanford en 1903 aunque tuvo que hacer alguna pausa para trabajar pero vamos, que finalizó su formación y de ahí se matriculó en medicina en el Cooper Medical College de San Francisco, graduándose en 1912.
En 1913, a pesar de que quizás le faltaba un poquitín de experiencia, fue contratado como cirujano jefe de la prisión de San Quentin donde empezó a desarrollar su teoría; fiel de la eugenesia, decía que los delincuentes tenían menos testosterona que otros hombres, de ahí que cometiesen asesinatos por lo que se puso a experimentar el trasplante testicular.
Según su teoría, decía que el cuerpo absorbía la testosterona, potenciando las hormonas del donante que irían disminuyendo y al donado, le rejuvenecerían curando la violencia, la pedofilia, la melancolía, el asma o el acné.  Así que hala, trasplante para todos.
Cogía los testículos de los presos jóvenes y se los implantaba a los que eran mas mayores cumpliendo cadena perpetua aunque según "Muy interesante" solo se los ponia encima del escroto. El caso es que la mayoría de las veces no contaba con el permiso familiar para coger los testículos de los donantes y claro, se armaba a veces la marimorena.
Pero claro, a veces dichos testículos no iban solo a presos, ya que a veces hombres ricos de San Francisco conocedores de las practicas de Stanley, pagaban a las futuras viudas cantidades ingentes por los testículos de sus maridos, cantidades que eran muy atractivas en la epoca como para rechazarlas, teniendo en cuenta que ellos no los necesitarían mas y que el señor rico en cuestión, ganaría en virilidad o eso creia.
El caso, es que si las viudas en cuestión rechazaban las ofertas, aun así se les castraba y se les ponia en los reos mas viejos como dije para seguir experimentando. Cuando no había material para trasplantar, los cogía de cerdos o cualquier otro animal, hacia una pasta y lo inyectaba en el abdomen del donado. Miedo es decir poco lo que me da este tío.
Además, el hombre era un primor ya que de lo primero que se quejó al llegar a la cárcel, fue de que no había segregación racial y como dije, estaba a favor de la eugenesia, amparándose en una ley de 1909 en la que el estado de California permitía la esterilización forzada de los presos y pacientes de hospitales mentales que eran no aptos para la vida en sociedad pero aquí el amigo Stanley, se quejaba de no poder esterilizar a mas.
Así que no se le ocurrió otra cosa que venirse arriba haciendo vasectomías a los presos, anunciándolas como que era un método que les permitía no tener hijos pero si mejorar el vigor sexual y quitarse de encima enfermedades de transmisión sexual. 600 prisioneros en 20 añitos vasectomizados.
Estamos de acuerdo que el tema del trasplante testicular databa mas o menos del XIX y que él era de los que mas se había atrevido a hacer pero no había rigor ni demostración científica en los trasplantes de testículos aunque según él, poco mas o menos que había descubierto la fuente de la eterna juventud.
Pero en 1928, llegó una denuncia. Clarence Kelly había sido ahorcado por matar a tres personas y al ir su tío a reclamar su cadaver, se encontró con que faltaba lo que faltaba así que la madre del fallecido, denunció al doctor por mutilación del cuerpo pero Stanley evadió la condena.
En esa epoca, se le juntó que acababa de quedarse viudo por lo que estuvo un tiempo sin acudir a trabajar pero en 1929, volvió y allí que estuvo hasta la década de los 40. 
Otra teoría que mantenía, era que los presos que cometían robos, lo hacían por su aspecto físico que no les permitía encontrar trabajos honrados así que se puso a apañarlos un poco con operaciones estéticas dejando tan impresionado al alcaide que les tomaba fotos del antes y el después cuando salian libres. Hasta un articulo del Chronicle le hicieron alabando su trabajo diciendo que ya no hacia falta que los hombres se dejasen barba si pasaban por sus manos. 
Con el estallido de la II Guerra Mundial, se enroló como medico en la marina y al volver a la prisión, vio que sus métodos ya no tenían cabida, retirándose en 1951 pasando a ser medico de cruceros y falleciendo a los 90 años después de haberse sometido el mismo a una vasectomía rejuvenecedora. O eso creia.
Lo cierto es que algunos lo ven como alguien que intentó buscar soluciones medicas a problemas de criminalidad basándose en ideas un poco arcaicas pero si hay algo que reconocerle, es que su mujer estuvo toda su vida batallando contra la tuberculosis de la que al final acabó falleciendo y Stanley conocedor de como funcionaba, modernizo el hospital de San Quentin mejorando todos los conductos de ventilación y cambios de aire. 
¿Conocías a este señor? ¿Qué piensas de sus experimentos? 

2 comentarios:

  1. Hola, Morella.
    Sospecho que al señor Morello le dio un tanto de impresión cuando escribías esta entrada.
    Calamitosos esos métodas basados en absurdas teorías. Y lo peor, si podía decirse que había algo peor, es que las leyes lo permitían.
    Tanto que se salvó de las acusaciónes, tuvo otros trabajos como médicos. Y hasta llegó a los 90 años.

    Besos, Morella.

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  2. Me preguntó que qué temática era la entrada y yo ehm...mira déjalo, ya la leerás jajajaja
    Yo es que flipé cuando me enteré de la existencia de este señor mas que nada porque realmente fue hace muy poquito cuando todo esto pasó. Encima consentido por la ley y llegó a viejo tranquilamente.
    Un besazo Demi

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