Hoy volvemos a México, en concreto a Guadalajara donde hay una tumba que tiene una leyenda detrás la mar de curiosa y que se remonta mas o menos al siglo XIX.
Ignacio Torres Altamira, Nachito, nació en una familia de clase media. Era un niño querido que tenia fobia a los sitios cerrados y a la oscuridad lo que hacia que sus padres iluminasen su habitación de noche, abriendo puertas y ventanas. Además, ponían las velas de tal manera que ninguna hiciese una sombra rara para que el pequeño no se asustase.
Pero una noche de tormenta, el viento apagó las velas que iluminaban la habitación de Nachito que no pudo resistirlo y falleció de un infarto, dándole sepultura al dia siguiente rotos de dolor. Ahí fue cuando todo comenzó.
El sepulturero, se encontró el cuerpo de Nachito fuera de la tumba al dia siguiente de enterrarle, lo que hizo que llamase a la policía y a la familia, que no acudieron para no ver esa imagen de su hijo pero se convirtió en algo diario durante diez dias. Nachito aparecía cada dia al lado de su tumba y encima, los curiosos se empezaban a agolpar para ver el cuerpo del pequeño fuera de la tumba así que el sepulturero se puso a hacer guardia a ver qué pasaba.
Para sorpresa del hombre, por la noche vio como la lapida se movía sola y Nachito salía solo; el hombre no se como no se quedó seco en el sitio ya que al dia siguiente se lo contó a los padres que no estaban sorprendidos ya que pensaron que Nachito seguía con su miedo a la oscuridad así que construyeron una tumba encima de la que estaba, con aberturas para que entre el sol y cuatro antorchas que la iluminasen. Así acabaron con la aparición de Nachito.
Se dice que si vas al Panteón de Belén de Guadalupe, tienes que dejar a Nachito un regalo porque sino el niño te hará una broma de mal gusto. Aunque se las sigue haciendo a los sepultureros que se encuentran los juguetes movidos como si hubiese estado jugando con ellos y ojito con llevarte nada, sino Nachito se irá contigo a casa y te hará muchas pifias hasta que le devuelvas lo que es suyo.
¿Conocías esta leyenda? ¿Qué te parece?
Si vamos a México amiga ya sabemos a donde ir a visitar jajaja muy buena entrada.
ResponderEliminarUn besote desde Plegarias en la Noche
Pero llevamos algo! jajajajjajaa
EliminarUn besazo Tiff!
Terrible. Un beso
ResponderEliminarUna penica el pobrete.
EliminarUn besazo!
Hola, Morella.
ResponderEliminarNo conocía esta leyenda, para nada.
Miedo a la oscuridad, a los espacios cerrados, un elemento para historias inquietantes.
Luego de muerto, sigue sintiendo miedo. Aunque hace bromas pesadas. ¿Qué tan pesadas podrían las bromas hechas a quienes se lleven algo? Eso tiene potencial para una película de terror.
Besos, Morella.
Ni idea, pero no quiero saberlo. Imagínate, ahí en medio de la noche en la cama y aparece Nachito tirandote de los pies, deja, deja...
EliminarUn besazo!
Pues me parece que me has emocionado y debe ser todo un honor visitar la tumba de Nachito. Ese pequeño se fue demasiado pronto y de algún modo está entre los vivos. Una triste , pero enternecedora historia. Un besazo Morella, genial, cada día te esmeras más jajajá muakk.
ResponderEliminarYo le llevaría un juguete o chuches, da cosica pero también pena el pobrete.
EliminarUn besazo!
si murió de un ataque cardíaco de lo aterrado que estaba es comprensible que se haya llevado consigo el miedo a la tumba. es más, cuando reencarne, si es que llega a hacerlo, no dejará el miedo detrás.
ResponderEliminaryo conocía el cuento de "juan sin miedo" (que creo que así se llamaba el personaje); pero en este caso en particular, es, "nachito con miedo".
besos.
Jo, encima tocará hacer trabajo de superación del miedo.
EliminarSi, es uno de mis cuento favoritos, me encantaba sobre todo el final jeje
Un besazo!
Uy me dio miedito. No conocía la leyenda te mando un beso.
ResponderEliminarEs que da un poco de impresión pero en el fondo, Nachito me da pena. Yo creo que le llevaría un juguetito.
EliminarUn besazo!
¡UY! famosísima leyenda de aquí de mi asquerosa tierra de tercermundismo y violencia, creo que todos nos la sabemos de memoria, enigüey, ya he volvido (no "vuelto") de mis vagaciones y ahora sí prometo entrar a cada rato a sus bloguitos a leer y comentar como es costumbre, porque de mi no se libran... sonó a amenaza, uy que feo, pero sí, me verá por aquí en cada entrada que vea hasta las nuevas vacaciones o hasta que algo como siempre pase que me destruya la comunicación.
ResponderEliminarTe echaba de menos Conejito. Espero que en Japón lo hayas pasado fenómeno, además vienes justo para una entrada de las que tú precisamente me pediste que contase jejeje
EliminarUn besazo!
Hola Morella, pobre crío, le pudo el miedo a la oscuridad que se lo llevó a la tumba. Es impresionante la historia, menudo susto encontrarse al niño fuera de la tumba. Gracias por compartirlo. Un abrazo
ResponderEliminarYo creo que me da un parrús si me le encuentro pero creo que un juguetito si le llevaría.
EliminarUn besazo!
No la conocía. Los mexicanos son unos genios en las historias de ultratumba y muertos que regresan.
ResponderEliminarSospecho que de esas tierras podrás sacar mil historias para traernos por aquí
Besazo!
Pues la verdad que hay un montón, me daría para un blog entero!
EliminarUn besazo!