Lo de las Navidades y sus celebraciones, tiene mucha tela que cortar. Hay gente que no somos nada navideña pero que nos gusta saber el motivo de las cosas aunque estemos deseando de que terminen, donde estoy yo y hay otras personas que le encanta la Navidad, la viven, la disfrutan y la celebran como si fuese la ultima de su vida. Creo que nunca he pertenecido a ese lugar.
Aquí en España lo normal es que el 24 por el dia con el vermut la gente ya empiece a cogerse unas buenas torrijas, eso se repite el 31. La noche de esas dos fechas pues depende, hay gente que se acuesta y ya y otros que tienen hasta un bombo en casa con el que interpretar todos los villancicos que se sepan y los que no se los inventan hasta las tantas.
Lo normal, es que el 25 y el 1, si has cenado con la familia de tu pareja, te vayas a comer con la otra familia pero siempre se nos olvida una cosa y es que en esas fechas no todo el mundo tiene fiesta y hay gente que tiene que trabajar o simplemente no quieren que se les moleste.
Algo así pasó un 25 de diciembre de 1886...




