Hoy os traigo una leyenda muy curiosa de una de las calles de Madrid muy cerquita de la Gran Vía, seguro que has pasado por ahí mas de una vez y no sabes de donde viene su nombre así que si quieres saber algo mas...
En el Siglo XVII, existía en esta calle,ahora tan céntrica y en aquel entonces casi a las afueras, un convento muy pequeño.
Felipe III y Margarita de Austria dedicaban parte de su tiempo a visitar conventos para ayudarlos en lo que necesitasen y un dia, llegaron a este pequeño convento junto con Jacobo de Grattis, también conocido como el Caballero de Gracia que era quien había fundado la congregación y el Duque de Lerma.
Alli dentro se dieron cuenta de que solo había cinco monjas y que una de sus tareas, era regar un frondoso jardín lleno de claveles que llamaron la atención de la reina por lo bien cuidados que estaban así que la abadesa al percatarse, cortó algunos y se los regaló.
Felipe III, pensó que debía de ampliar ese convento para que vivieran un poco mejor y preguntó a quienes pertenecían las dos casas colindantes para comprarlas y ampliar el convento,pero el Caballero de Gracia al ser él quien lo había fundado, dijo que la ampliación se la regalaría él y el Duque de Lerma para no ser menos, las ofreció un traslado.
Entre dimes y diretes del Duque y el Caballero, la reina cansada de la discusion cogió un clavel para cada uno y les dijo que esa distinción les obligaba a cada uno a contribuir al convento por igual,siendo esa anécdota la que dio nombre a la calle y también para rememorar el precioso jardín que hubo en su dia.
A veces se sacan cosas buenas de las peloteras ¿no os parece?
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