miércoles, 29 de julio de 2015

En la calle de Alcalá...

Por suerte, mi madre es joven, vivió los 80 en todo su esplendor para bien y para mal.Cuando tendría unos 16 mas o menos, se iba con mi tía que es su melliza a Madrid,a bailar los domingos por la tarde preferentemente a la Joy Slava o a esos conciertos gratis que se hacían en el retiro o el parque de atracciones donde veían a Radio Futura o Tino Casal. Que envidia.
En esa época, había mucha discotecas de moda que normalmente duplicaban sus aforos ya que la normativa era inexistente, a penas existían salidas de emergencia y como he dicho, en esas discotecas se hacían conciertos y se grababan programas de televisión como Aplauso o secciones como la Juventud Baila.


La juventud baila de Aplauso


Una de esas discotecas era la llamada Alcalá 20 que estaba situada en los bajos del Teatro Alcázar,  iba a protagonizar una de las peores tragedias de la movida madrileña.
A las 5 de la mañana cerraba la discoteca y el 17 de diciembre de 1983 no iba a ser menos, sobre menos cuarto encendieron las luces y fueron apagando la música pero un cortocircuito prendió una de las cortinas que estaba cerca del escenario propagando el incendio.
Mucha gente no fue consciente ya que según supervivientes, en la sala se encontraban como 600 personas y algunos estaban recogiendo los abrigos para irse. Los que estaban mas cerca de la puerta, consiguieron salir sin problemas pero la gente que estaba ubicada en los servicios o cercana al escenario comenzó a vivir el horror.
Los camareros armados con extintores de los cuales algunos no funcionaban, intentaron descolgar las cortinas lo que avivó el fuego y el local entero se llenó de una humareda negra y densa, por lo que el pánico se desato y todo el mundo corrió hacia las escaleras.
Las salidas de emergencia tampoco estaban operativas, las habían tapiado con cajas de bebidas y cerradas con candados por lo que al igual que en el teatro Maravillas, el local se convirtió en una ratonera ya que el humo comenzó a llegar a las escaleras por las que estaba huyendo la gente hacia la calle donde se había formado un tapón humano.
La mayoría del personal pudo salvarse al salir por la puerta de servicio aun que para acceder a ella, había que ir por unas escaleras que estaban ya cubiertas por humo y la gente, a la altura del guardarropa que estaban en la entreplanta, intentaba buscar sin éxito otra salida.La única puerta que funcionaba, daba a la calle Alcala y al salir, había varias rejas por lo que los supervivientes encima tuvieron que saltarlas en esos momentos de nerviosismo.
Bajo la acera, en la calle gente que había salido, comenzó a oír golpes que venían de abajo y es que ahí estaba una de las claraboyas que daban a los servicios donde algunos se habían refugiado y estaban pidiendo ayuda a los transeúntes que intentaron romperla a golpes sin conseguirlo, hasta que apareció un bombero y consiguió hacer un agujero y sacar a las 15 personas que estaban ahí. 
El balance fueron 81 muertos, la mayoría murió por inhalación de humo y por asfixia o aplastadas al intentar salir de allí, las menos por el fuego directamente.


El juicio no salio hasta diez años después, el juez que fue al dia siguiente verificó que había extintores vacíos que no habían sido usados y que las puertas de salida de emergencia estaban atascadas siendo inoperativas. Los bomberos que participaron dicen que la imagen fue dantesca ya que en las escaleras se encontraron multitud de cadáveres aplastados a los que tuvieron que sortear para llegar al fondo y lograr extinguir el fuego.
El juicio se cerro con un delito de imprudencia temeraria a los dueños del local, el electricista y el funcionario que inspecciono el local dando el visto bueno, con dos años de cárcel y una multa de dos millones de pesetas. Insuficiente para lo que pasó según mi punto de vista.
Pero después de todo, gracias a esta tragedia, en teoría las normativas de seguridad cambiaron totalmente en los centros de ocio, obligando a poner placas del aforo limite, inspecciones mas seguidas de puertas y extintores y demás, pero siempre hay algún listo que no piensa en lo que tiene entre manos y por desgracia la historia se repite, como en el Madrid Arena.

Mi madre esa noche no estaba en esa discoteca, los sábados salia por la ciudad donde vivimos pero si que fue al día siguiente a bailar de nuevo a la Joy y ella misma, me dijo que ese domingo por la tarde y los siguientes, la gente en lugar de ponerse en el escenario, se quedaba al lado de la puerta o las salidas de emergencia, controlando las cortinas y atentos mientras bailaban por si alguien anunciaba algo desde el escenario. Dice que recuerda ver a la gente actuando de esa forma durante mucho tiempo, pero bueno, fue poco ya que un par de años después nací yo y la corte todos los bailes de domingo,seré aguafiestas.

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