La habitacion 1046

Aunque se parece al titulo de una novela de Stephen King, lo cierto es que nada que ver. De hecho creo que el caso de hoy lo supera bastante pero ya me lo contáis vosotros, eso si, es un poco lioso así que a ver si entre todos, sacamos qué pudo pasar... 

2 de enero de 1935 en Kansas, Missouri. En el hotel President se registra un chico de unos 20 a 35 años con un aspecto bastante intimidante: metro ochenta, fuerte, bien vestido y peinado pero con una gran cicatriz en el lado izquierdo de la cabeza y en esa oreja, lo que se suele llamar oreja de coliflor. 

Por si acaso no conocéis esa lesión, cuando hay un golpe en la oreja, si se produce un trombo y se deja de recibir sangre, el cartílago de la oreja toma forma parecida a una coliflor, siendo una lesión común entre luchadores o jugadores de rugby. Si habéis visto la peli de "Los Mercenarios", uno de ellos que era jugador de futbol luce esa lesión. 

Continuo con lo que pasó ese dia de enero: pidió una habitación alta pero interior, firmó como Roland T. Owen  y se marchó a su habitación 1046, quejándose al botones del precio de otro hotel cercano, el Mulebach, bastante caro por pasar la noche donde había estado el dia anterior. El botones le acompañó a la habitación entrando tras él en la habitación, viendo como Ronald se sacó del bolsillo de la chaqueta el cepillo de dientes y el cepillo de pelo al no tener mas equipaje.

Ronald salió de la habitación delante del botones sin cerrar la puerta y el chaval, se dio cuenta de que el huésped se había dejado todo de par en par así que cerró él. Ronald se marchó del hotel.

A las 2, la limpiadora llamó a la puerta del cuarto y un hombre le dijo que pasara, cosa rara ya que el dia anterior había una mujer, ella se disculpó pero él dijo que por favor pasara sin contarse. El hombre se peinó entre las penumbras y le dijo que al marchar, no cerrase con llave.

A las 4 volvió a dejar las toallas, llamó y al ver que la puerta estaba abierta, entró encontrándose al hombre en la cama; en el escritorio había una nota que decía algo así como "Don, vuelvo en 15 minutos. Espérame".  Al dia siguiente, la mujer volvió a entrar a limpiar la habitación y el huésped ahí estaba, sentado en las oscuridades esperando a no se sabe qué hasta que alguien llamó por teléfono, al parecer el tal Don que debió de preguntarle si había comido ya que el huésped contestó que no. Le preguntó a ella cuando colgó si el hotel era residencial y poco mas.

A las 4 volvió a dejar las toallas pero otra voz que no era la Ronald, dijo que no necesitaban toallas y ella marchó extrañada.

Esa misma tarde, una mujer llamada Jean Owen, la casualidad digo yo, se inscribió en el hotel ya que se encontraba fatal. Habia ido de compras a la ciudad y cuando empezó a encontrarse con nauseas, decidió quedarse en el hotel a dormir y coger el coche para ir a su casa al dia siguiente y para mas casualidad, la habitación que la dieron era 1048, la que compartía pared con la 46.

Llamó a su novio para decirle lo que la pasaba, yendo él al salir del trabajo y quedándose con ella dos horas sin notar nada raro.

Un señor llamado Robert Lane, salía de su trabajo a las once de la noche. Cogió el coche y vio a un hombre corriendo en camisetilla de tirantes hecho una cataplasma, con el frio que hacia le extrañó mucho; el hombre le pidió parar y Robert le dejó subir por pena. El hombre se disculpó pensando que era un taxi y Robert le dijo que no se preocupase que le acercaría donde quisiera; el hombre llevaba un corte en el brazo y parecía que le habian fundido a leches. Le dejó en una parada de taxis y Robert vio como el hombre se subía en uno.

A la vez Jean intentaba dormir cuando en la habitación 46 había jarana, se oía hombres, mujeres y de todo dando voces. El botones, en su turno de media noche, acompañó a varias personas a varias fiestas pero hubo una mujer que fue a la habitación 1026 pero que volvió  a llamar al botones al poco tiempo quejándose de que nadie estuviese en ella. Se quedó en la planta pensando que se había equivocado de habitación donde estuvo unos cuarenta minutos ¿en que cuarto entró? no se supo.

La mujer llamó al botones y bajó al recibidor para volver a subir a la novena planta con otro señor. Media hora después, bajó y dejó el hotel, quince minutos después, el señor que subió con la mujer llamó al botones para decirle que se marchaba que había mucho jaleo y que se iba a dar una vuelta.

A las 7 de la mañana del cuatro de enero, la operadora recibió una señal de la habitación 1046 que significaba que llevaba mucho tiempo descolgado; el botones del turno de mañana subió a cambiar el teléfono a pesar del cartel de no molestar.

El huésped le dijo que pasara pero la habitación estaba cerrada por dentro así que el botones le dijo que colgase el teléfono pensando que estaba borracho. A las 8 subió otro botones porque la señal del teléfono seguía ahí, por lo que sacó la llave maestra y se encontró con el huésped desnudo tumbado bocarriba en la cama, el teléfono tirado en el suelo y manchas oscuras en las sabanas. El botones cambió el aparato y se marchó pensando que estaba también con melopea pero a las 10 de la mañana la operadora volvió a dar el aviso de que el teléfono estaba descolgado. 

El primer botones volvió a subir y se encontró con el huésped hecho un ovillo sujetándose la cabeza ensangrentada con el teléfono tirado delante suya pero esa vez vio sangre en las sabanas, las paredes y el baño, lo que hizo que bajase corriendo a buscar al gerente. 

Los empleados llamaron a la policía y al medico ya que el huésped estaba mas pallá que pacá. Lo cierto es que le habian dejado que daba pena: cortes en el pecho, fracturas craneales, golpes, señales de ahorcamiento...vamos, que la habitación había sido una cámara de tortura durante aquella noche pero lo mas raro fue que cuando le preguntaron quién le había hecho eso, contestó que se había caído en la bañera. 

La ropa no estaba, ningún objeto personal, jabones, champús, toallas... lo unico que pudieron determinar es que siete horas antes le habian dado estopa pero tampoco encontraron armas ni nada con lo que le hubiesen hecho eso. Los vasos tenían huellas dactilares que no eran del huésped ni de los empleados y a dia de hoy tampoco se sabe de quienes eran. El 5 de enero, el huésped falleció y su muerte, saltó a la prensa.

EMPIEZA LA INVESTIGACION

Jean fue interrogada pero descartada y al investigar al tal Ronald, se dieron cuenta de lo que tú llevas imaginándote toda la entrada, que era un nombre falso.

Expusieron al señor en la funeraria por si alguien le reconocía y como imaginarás, Robert Lane le reconoció como el hombre que había llevado a la parada de taxis aquella noche. Pero claro, si la victima había entrado así al hotel, habría sido bastante cantoso así que se medio descartó el testimonio porque no sabian como lo habría hecho.

Se investigó su inscripción en el hotel Mulebach pero allí se había inscrito como Eugene K. Scott, nombre falso así que ahí estaban, sin saber por donde tirar.

El 3 de marzo, decidieron enterrar al señor avisando en los periódicos por si acaso, recibiendo una llamada que pedía retrasarlo, enviándoles dinero para hacerle algo en condiciones y siendo especifico, que fuese en el Memorial Park donde estaba su hermana enterrada. Ese hombre encargó un ramo de trece rosas "American beauty" de parte de la hermana en una floristería cercana; el 23 de marzo le llegó un fajo a la funeraria en un sobre sin remitente al igual que a la floristería pero además a esta, les llegó una nota que decian "te amare siempre. Louise" pero al entierro solo fueron los detectives, no apareció allí ni el Tato. 

En el periódico se publicó mal el sitio donde enterraron al hombre cosa que hizo que una mujer anónima llamase como una mona diciendo que se había especificado que se le enterrase en el Memorial contestándola que podía comprobar en la funeraria que había sido así pero cuando la quisieron interrogar sobre el hombre, la mujer colgó.

En mayo, se publicó un articulo en "American Weekly" sobre el caso que tenia una foto de Ronald T Owen de perfil, con una entrevista del propietario de la funeraria revelando que en la llamada del hombre anónimo que le dijo donde enterrarle, le contó que Ronald había quedado con la chica con la que se iba a casar y que el interlocutor también estaba allí pero al ser preguntado por lo sucedido, el interlocutor solo dijo que Ronald no había jugado limpio.

OTRO GIRO

El "American..."tenia fama de sensacionalista y de inventarse noticias pero tenia mucha tirada nacional y eso hizo que el caso hiciese una pirueta.

Un año mas tarde, una mujer de Alabama vio el articulo en la peluquería y al ver la foto, reconoció al hijo desaparecido de su amiga Ruby: Artemus Ogletree de 17 años que se marchó de viaje a California.

Al principio Artemus escribía y llamaba a su madre pero un dia, la comunicación se cortó pasando a recibir cartas mecanografiadas muy raras desde sitios como Chicago, Nueva York... a pesar de que Artemus no había cogido una maquina de escribir en su vida pero lo malo es que cuando empezó a recibir estas cartas, él ya estaba enterrado.

Un tal Jordan, amigo de su hijo, comenzó a llamarla explicándole como Artemis había perdido un pulgar salvándole la vida a Jordan en una pelea de bar pero cuando Ruby comenzó a preguntar, este chico colgó. Ella intentó que investigasen el caso pero nadie le hizo caso hasta que su amiga vio el articulo.

Al verlo ella, llamó a la policia y explicó que la cicatriz de la cabeza, era de una quemadura de cuando era pequeño y que lo de la oreja fue del mismo accidente.

Resolvieron el caso de Ronald pero no el motivo de sus nombres falsos, quienes le hicieron eso, la causa, quien era Jordan y quien escribió esas cartas a Ruby, sabiendo su dirección o el motivo de enterrarle allí ya que evidentemente, tampoco había una hermana o quien era el tal Don con quien le escucharon hablar. 

¿Quién le dio una paliza? ¿Cómo sabia como contactar con Rudy? ¿Quién se preocupó de que fuese enterrado? ¿me lo cuentas?