Y pasaron 20 años...

Hoy, nos vamos a Las Vegas, estrenamos 2023 en la ciudad del pecado y creerme, que con el caso de hoy se merece este nombre aunque no por lo que todos pensamos.

Espero que hayáis tenido una feliz entrada y salida de año, que este 2023 sea especial para todos vosotros y para los que queréis...

Retrocedemos a diciembre de 1977. Jarret Betterson va a casa de sus suegros, los Klingel junto con su hija Nikole; quiere que su hija se despida de sus abuelos ya que va a empezar una nueva vida con su pareja Barbara Sadler que también acude a la casa. Prometen que la pequeña Nicole estará bien cuidada y que cuando lleguen a su destino en California, les llamarían por teléfono pero nunca más supieron de ellos.

Pongamos orden: en septiembre de ese año, Jarret estaba conduciendo su coche junto a su novia Susan Klingel y su hija Nikole. Lamentablemente, tuvieron un accidente del que tanto Jarret como la pequeña salieron ilesos pero Susan salió despedida del coche, lo que la causó una muerte casi en el acto.

Los padres de Susan y Jarret, no se llevaban bien antes del accidente y él pensaba que era por motivos racistas ya que era negro pero la cosa empeoró cuando se encontró marihuana en la guantera del coche por lo que la policía, quiso acusarle de homicidio.

Sea como fuere, el caso es que nunca se dio esa acusación y la investigación fue deficiente por lo que no se sabia quien fumó esa marihuana, si él iba bajo sus efectos conduciendo, qué hacia una menor ahí con su padre o su madre o los dos colocados, porque no se inició una investigación sobre su custodia... el caso es que todo quedó como un accidente y los Klingel culpando a Jarret no solo de la muerte de su hija sino de que ella se metiera en las drogas.

En diciembre de ese año, Jarret se había echado una novia nueva llamada Barbara y los tres fueron a ver a los Klingel a Deadborn, Michigan, para anunciarles que se marchaban pero tampoco concretan muy bien a donde y Barbara, se deshace en promesas diciendo que Nikole estará bien cuidada y atendida, que no se preocupen.

Los años pasan y los Klingel cada vez se hacen mas mayores, llegando hasta el año 97. Pensando que Nikole tendrá ya sus 22 años, deciden contratar a un detective privado para que la encuentren y que sea ella quien decida si quiere o no hablar con sus abuelos.

La detective Peggy Bezy, comienza a hilar cabos. Encuentra a la pareja viviendo en una zona un poco mala de Las Vegas donde al parecer, se habían casado y que la ayuda social por la muerte de Susan, había sido cobrada durante 18 años pero cual es su sorpresa, cuando intenta cruzar datos sobre la escolarización de Nikole ya sea en infantil o primaria, no aparece nada.

Tras unos días intentando averiguar si había sido o no escolarizada en Las Vegas o en otro sitio, se da de bruces con la realidad: Jarret y Barbara habían vivido en la ciudad de los casinos desde 1977 pero nada indicaba que Nikole hubiese ido con ellos una vez se marcharon de Michigan.

Peggy puso en conocimiento de la policía de Las Vegas todos estos datos y ellos, al iniciar su propia investigación que amplían a la posibilidad de haber dado en adopción a Nikole antes de llegar a Las Vegas, no encuentran nada, es como si Nikole no hubiese existido pero tampoco lo habían notificado, siendo una niña fantasma por la que cobraban una pensión.

Uno de los investigadores, el detective Rosgen se presenta en casa de Jarret en noviembre de 1997 para tirarse un farol diciendo que saben qué es lo que pasó con Nicole y que antes de acusarle formalmente, le darían la oportunidad de contarlo por sus propios medios. Lo que se encuentra al abrir la puerta, es a un hombre deteriorado en una silla de ruedas motorizada debido a un accidente de trafico posterior al de 1977 que le dejó la espalda destrozada.

El investigador relató que Jarret se hundió en la silla cuando oyó el nombre de Nikole y que detrás apareció Barbara con cara compungida, les dijo que si decían lo que sabían, seria indulgente y que las penas quizás se suavizarían, que se pensaran el hablar con la policía y que estaría esperando su llamada.

Para sorpresa de Rosgen, Jarret llamó al día siguiente diciendo que por supuesto cooperaria pero que necesitaba tiempo por lo que el detective esperó pacientemente y al cabo de los días, recibió otra llamada donde pedían aun mas tiempo. Al no haber orden de arresto, poco podía hacer salvo esperar.

A finales de ese mes, la madre de Jarret estaba en Georgia revisando su buzón cuando encontró una carta de Barbara. Eso la extrañó puesto que hacia años que no sabia nada de su hijo y de su nieta, pero lo que leyó la inquietó aun mas: Barbara pedía disculpas por sus errores juveniles del pasado como pareja, que intentaban acercarse a Dios y que él los juzgaría ya que cuando la carta llegase, ellos estarían muertos.

Contaban que habían tenido una vida difícil y triste, que Jarret iría a la cárcel en breve y que ella no podía vivir sin él por lo que habían tomado esa drástica decisión; adjuntó 900 dólares para pagar la cremación de los dos cuerpos y pidió que las cenizas fueran depositadas en la misma urna.

Paralelamente, nos encontramos con el detective Rosgen mosqueado porque no había recibido noticias de Jarret y ya estaban en diciembre cuando recibió una llamada del administrador de los apartamentos donde vivía la pareja diciendo que los había encontrado muertos tras días sin abrir la puerta y deber ese mes de alquiler.

La policía acudió al apartamento donde el detective Rosgen fue de cabeza a ver qué había pasado y se encontró a Barbara en la cama de matrimonio con una Biblia y una rosa marchita en las manos y a Jarret en otra habitación con una manta en la cabeza. Jarret disparó dos veces contra Barbara y luego, se suicidó llevando a cabo un pacto, ya que aunque no había nota de suicidio como tal, apareció una en la nevera donde pedían disculpas al administrador por encontrarse con semejante percal.

La madre de Jarret puso la carta a disposición de la policía donde no encontraron ni una mención medianamente encriptada o velada a Nikole y en la investigación del apartamento donde vivían desde el 77, no encontraron nada que hiciera pensar que ahí en algún momento viviese una niña. Como si hubiese sido tragada por la tierra. 

Con la muerte de la pareja, se acabaron las posibilidades de saber qué pasó con Nikole ya que casi todos en la policía de Las Vegas sostienen que nunca llegó viva la ciudad. Aunque hay un pequeño porcentaje que tiene la esperanza que fuese dada en adopción de forma ilegal a alguna pareja a cambio de dinero y quizás tuviese una vida mejor, lo cierto es que lo que barajan son tres opciones: que se portase mal en el viaje y sin querer la matasen, lo que les hizo entrar en pánico y enterrar su cuerpo en el camino; que la hiciesen algo puestos de drogas sin enterarse de lo que la habían hecho y al darse cuenta, se deshiciesen de ella y la tercera, que la vendiesen por drogas.

¿Qué crees que pudo pasar? ¿conservas la esperanza? el caso aun sigue abierto y la policía sigue esperando si alguien sabe algo.