Un perro un poco raruno

Aquí mi Lilo

Hoy no os traigo un destino vacacional de los míos sino un souvenir un tanto raro.  Es una leyenda que he oído en varias ocasiones pero os voy a traer una de las mas famosas, a ver si la conocéis pero os advierto, que tengáis cuidado con lo que compráis de viaje, no sea que os traigáis alguna sorpresita...

En 1986, mi hermana que en ese momento tenia 22 años y estudiaba medicina en Wüzburg  me contó una historia que le había contado su compañera de cuarto en la universidad. Al parecer, esta compañera conocía a una pareja de amigos cuyos tíos fueron de viaje a Tailandia en el verano de 1985, gustándoles el país y pasándolo muy bien. 

Cuando estaban a pocos días de volver, un perrito un poco raro se les acercó y ellos apenados, le dieron las sobras de su comida. El animal se mostró tan cariñoso, que empezó a seguirles todo el rato por lo que decidieron que se lo llevarían de vuelta a Alemania colándole en la habitación de hotel y dándole la comida a hurtadillas.

El viaje de vuelta fue muy bien, nadie del avión se dio cuenta de que iba un animal con ellos y al llegar a casa, la preocupación de como se llevaría con su gato, se fue de inmediato al ver que los dos animalitos se llevaron fenomenal y comieron del mismo plato.

El primer día de trabajo las vacaciones, lo comenzaron tranquilos pero al volver a casa, se encontraron al perro solo y el esqueleto de su gato mondo y lirondo. Llevaron al perro al veterinario y este les dijo que el animal estaba bien pero que donde lo habían conseguido; sabiendo el problema que tenían al admitir que lo habían traído de Tailandia sin papeles ni permisos, dijeron que lo habían comprado en una tienda que trabajaba para el zoo pero al veterinario no se le daban sopas con honda, así que les amenazó con llamar a la policía si no contaban la verdad.

Cuando reconocieron lo que habían hecho, el veterinario les explico que realmente no se habían traído a un perro sino a una rata gigante tailandesa con mucho pelo, a la que evidentemente había que poner a dormir. El matrimonio dio permiso pensando con asco todo el cariño con el que habían jugado con aquel bicharraco.

Esta es una de las versiones, en concreto la recogida por el folclorista alemán Helmut Fischer y publicada en el libro "Tened miedo... mucho miedo" de Jan Harold Brunvand. Si os dais cuenta, las leyendas urbanas siempre empiezan con alguien contándolas que tiene un puesto o estudia algo de relativa autoridad para darles mas veracidad.  Ahora que la primera versión se recoge en "Anécdotas de los hábitos e instintos animales" de Sarah Bowditch en la quinta edición de 1891, siendo la primera de 1852.

En ella, se cuenta que dos señoras que iban paseando por Regent Street (hemos pasado de Alemania a Inglaterra), vieron como se les acercó un hombre ofreciéndoles un perrito un poco grande recubierto de pelo blanco. Las señoras pasaron olímpicamente pero el hombre insistió tanto y le vieron esos ojitos tan dulces al perrete que al final se lo llevaron a casa donde estuvo quietecito durante un rato pero mas tarde, comenzó a correr por la habitación de una forma un poco rara y haciendo unos sonidos que no parecía un perro. Cuando comenzó a trepar por las cortinas, las señoras lo encerraron en la habitación y esperaron al señor de la casa atacadas de los nervios; cuando este llegó cogió al animal y le arrancó el pelo blanco dejando a la vista que era una rata enorme.

¿Conocéis otra versión?¿cual es la cosa mas rara que habéis traído de vacaciones?