Veniros a donde el mar se pierde con el cielo...

Hoy acabo ya las entradas de mis vacaciones con otros dos sitios en los que estuve dentro de Asturias y que me parecieron preciosos. Vamos, que me decís que tengo que volver a haceros un reportaje mas extenso y hago un esfuerzo para ello, lo que haga falta...

CUDILLERO

Fue un sitio al que no pensaba ir mas que nada porque me recomendaron tantas cosas que era uno mas de los que tenia pendiente, pero el señor Morello se estuvo informando y me dijo venga, vamos a verlo que creo que esto te va a gustar. Que razón tenia.

De entrada, la carretera aunque es un poco curvilínea, ya llega un momento en el que vas viendo mar y montaña y parece que te vas a tirar dentro del agua. Precioso es poco. 

Según aparcamos, lo primero una gruta con cascada y bueno, ahora no recuerdo si os lo conté pero en marzo me rompí la tibia sin darme cuenta de que estaba rota ¿puede suceder? pues por lo visto si y yo me quedé con la misma cara que vosotros. El caso es que lo que pensaba que era un esguince de rodilla, cuando se deshinchó y volví al medico en mi tercera visita por lo mismo, porque me seguía molestando, pues me mandó una resonancia y voila, una fractura en la zona superior de la tibia, no se desplazó porque tengo un cuádriceps fuerte así que cuando vi la gruta y que había que meterse dentro de la cascada, me quedé con las ganas pero dije para mis adentros "Morella, que te has gastado pasta en tu pierna rehabilitando, que el medico te hizo caso y llevas en rehabilitación todo agosto, no la vayamos a joder" y me quedé con las ganas pero hice foto. 

El caso, que me quería quedar allí a vivir, el paisaje es acojonante y el olor a mar se te mete por el alma y se queda contigo. No te digo ya las olas rompiendo y la calma que se respira, a ver si a vosotros os llega con las fotos.

Aquí compré un dulce típico, no si la maleta volvió repleta de dulces, entre chocolate con pistacho que me llevé de aquí, carballones que son unos hojaldres rellenos de almendra con huevo por encima como las yemas, los moskovitas que son unas pastas finas de chocolate y almendra mas que lo que compré aquí fue una caja de casadielles, que eso ya era pecado original ya que es como la masa de las rosquillas de anís rellena de una pasta de nueces, he ganado algún kilo. Me da lo mismo porque la pena lo ha merecido y mucho.

RIBADESELLA

Esto a lo mejor os suena a algunos por el descenso del Sella, bajar ese rio con canoa durante unos 20 kilómetros. Yo no lo hice porque no fui en fecha pero vamos, que no me hizo falta, cuando llegué aquí lo primero que pensé es en cuanto puede costar una casa para irme ahí de por vida a pesar de que está todo en cuesta pero que me dio lo mismo.

El pueblo me pareció entre bonito y precioso, mas o menos, además había mercadillo por lo que había muchísimo ambiente. En plan natural, tenemos la cueva de Tito Bustillo, declarada patrimonio de la humanidad, la ermita de Nuestra señora de Guía que está dentro del propio monte, varias playas... vamos, que es un destino que creo que la próxima vez que viaje a Asturias porque estoy segura de que habrá próxima vez ya que me quedaron muchas cosas por ver, creo que buscare para quedarnos aquí y movernos desde Ribadesella. Además, hubo una cosa que me encontré en el paseo marítimo que me hizo muchísima gracia y a lo mejor a vosotros os suena ya que hay unos carteles donde te cuentan la historia de varias criaturas mágicas como el Nuberu o las Xanas que os he traído aquí alguna vez. 

Aquí abajo os dejo unas fotitos que saqué tanto de las criaturas, como del paseo y de la comida de ese día que era típica asturiana.

Paseo marítimo de Ribadesella

Me le encontré con su leyenda y todo.

Iglesia de Santa María Magdalena

Fabes con almejas. Estas son las que comí yo.

Fabe típica asturiana. Judías con chorizo, panceta y morcilla.

Mi segundo plato, pimientos rellenos de carne. El señor Morello se pidió huevos con morcilla y no me dio tiempo a hacer foto.

Mi tocino de cielo. Yema de huevo con caramelo,lo bueno es que tengo el azúcar bajo.

El arroz con leche del señor Morello. Como su nombre indica, arroz con leche y canela.