El crimen de Monchito

Hoy vamos a retroceder mas de 70 años a un Madrid un poco negro. Un crimen económico que motivó que se fundase un año después uno de los diarios mas famosos de toda España y también fue la primera vez que aquí se intentó que una discapacidad intelectual,fuese un atenuante en el juicio. 

Ponte un abrigo y agárrame del brazo que mientras paseamos por la zona de Moncloa, te voy contando que pasó una noche...

A eso de las 21:40 de la noche del once de enero de 1951, Julio Caballero Arribas llegaba a la casa familiar después de estar trabajando en el taller de coches que tenia su padre en la calle Andres Mellado. Intentó abrir la puerta varias veces pero ésta estaba chocando contra algo que estaba en el suelo, algo pesado que no dejaba que la puerta se abriese. Tras empujar un buen rato, para su sorpresa y desgracia, se encontró que ese bulto que no le dejaba abrir, era su madre.

A Juana Arribas, natural de Bailen y de 47 años en ese momento, la habian cortado la yugular y recibido muchos golpes con un objeto parecido a la rasqueta de un pintor; en la casa faltaban unas 72.000 pesetas de la epoca, suficiente para comprar en esos tiempos un piso majete, un abrigo de pieles, joyas y lo mas raro, sabanas.

archivo ABC

El asesino quitó un cazo de leche del fuego que no apagó, dejó huellas varias y restos de sangre por la casa pero los vecinos no habian escuchado absolutamente nada hasta que preguntaron a un grupito de niños que estaban jugando cerca del portal y uno de ellos, declaró que un chico joven le había preguntado si Rafael Caballero o su hijo Julio estaba en casa a lo que él respondió que los había visto salir a las 15:30 de la tarde camino del trabajo.

Gracias a él se pudo hacer un retrato robot que fue enseñado en varios sitios, entre ellos el taller donde todos supieron rápidamente quien era: Ramon Oliva Márquez, el "Monchito". 

Ramon había trabajado en ese taller barriendo o lavando coches durante unos meses y aunque era diligente, se perdía en las musarañas mirando al infinito; no duraba mas de dos meses en ningún trabajo debido a eso pero eso era debido a la discapacidad mental leve que padecía.

No fue difícil dar con él y registrar su casa, donde vivía junto a sus padres en el camino de las Cuarenta Fanegas que esta a dia de hoy en Chamartín; allí encontraron 51000 pesetas en efectivo, una gabardina llena de sangre, esclavas de oro que pertenecían a la familia Caballero Arribas y dos plumas que pertenecían a Juana pero él no estaba allí, estaba en casa de su novia.

El Monchito

El 20 de enero, la policía le detuvo junto a su novia embarazada , su suegro y a los padres de Monchito. El chaval tenia la cara arañada y con algún que otro golpe, era de estatura normalita mas bien tirando a pequeño y delgado. ¿Os acordáis que dije antes que faltaban unas sabanas?  pues allí que aparecieron junto al ajuar que pertenecía a Juana y un acordeón recién comprado. Al ser preguntado por los arañazos en la cara, dijo que se había peleado con uno de sus jefes por un dinero que tenia que cobrar pero al final acabó confesando su crimen.

Contó que dejado embarazada a su novia y él no quería que su hijo viniese al mundo de cualquier manera. Como había trabajado en el taller de Rafael, sabia que este ganaba mucho dinero de la compraventa de coches a parte de los arreglos que hacia y que en su casa estaba parte de ese dinero si no todo.

El Monchito sabia donde vivía su jefe así que marchó a la casa con la idea de robar el dinero. Preguntó a uno de los críos que jugaba en la calle si tanto Rafael como Julio se habian marchado a trabajar a lo que el niño dijo que si y él subió pero no contaba con que dentro estaría Juana, la mujer de su jefe y que ella, sabiendo que su marido guardaba mucho dinero en casa, no le abrió la puerta aunque él insistió en que llevaba un recado de parte de su marido y que necesitaba llamar por teléfono. Juana había dicho que no y mas valdría haberse mantenido en sus trece.

Frustrado, salió a la calle y se puso a dar vueltas hasta que mas o menos sobre las siete y media decidió volver a subir sabiendo que tanto Rafa como Julio tardarían en volver a la casa; a Juana al parecer no le gustaba abrir la puerta a desconocidos por el motivo que dije antes, pero al ver que era la segunda vez que el chaval llamaba, que era físicamente poquita cosa y que le sonaba que había trabajado con su marido en el taller, decidió abrirle.

Alli le llevó al teléfono mientras él le seguía contándole los planes que tenia de matrimonio con su novia hasta que la apartó de un empujón y comenzó a pegarla con una rasqueta de pintor que llevaba encima pero Juana se defendió arañándole la cara y uno de sus ojos, gritando a todo pulmón y es cierto que algunas vecinas reconocieron en los interrogatorios haber escuchado algo pero fue tan breve que no pensaron que realmente pasase algo importante.

Juana se arrastró por el pasillo y en ese momento, el Monchito de un tajo la degolló. Mientras ella se desangraba, él registró la casa llevándose plumas, dinero, joyas, sabanas y viendo que un cazo de leche se iba  a salir, lo apartó del fuego dejando las marcas y huellas con sangre en el mango pero sin apagar la hornilla. Encajaba con lo que la policía se había encontrado en la casa.

Al salir, se ve que el crimen le dio hambre y paró en el bar a comprarse un bocata de jamón mientras iba camino de la casa de su novia. De paso se compró un acordeón que al parecer era el sueño de su vida desde niño y fijó la fecha de boda con su novia el 22 de junio; el traje que llevaba fue limpiado por su padre que había trabajado en una tintorería pero la gabardina no le dio tiempo lavarla y allí encontraron restos de sangre. 

A pesar de que la defensa intentó jugar la baza de la discapacidad mental, la acusación le encontró perfectamente imputable ya que él sabia lo que hacia y donde estaba el dinero. 

Fue condenado a Garrote Vil y el verdugo, Antonio López Sierra, se estrenó en esta ejecución y creo que desde entonces no hizo ninguna sereno con todos mis respetos ya que entiendo el contexto, el trabajo y la epoca pero de una muerte que normalmente se tardaban tres vueltas y pocos minutos, el Monchito tardó como 20 en morir. Este también fue el verdugo de Jarabo.

El caso fue cubierto por el periodista Eugenio Sánchez que trabajaba en el diario "Madrid" y debido al seguimiento que tuvo, acabó fundando al año siguiente "El Caso" siendo su primer director y donde estuvo trabajando entre otros periodistas, Margarita Landi. 

¿Conocías este caso? ¿Qué te parece?