El Lindo guardián de Corps...

Otra cosa no , pero la calle Sacramento de Madrid tiene lo suyo en lo que a leyendas se refiere. Debe de estar el parking que hay en esa calle plagadito de fantasmas con todo lo que hay.

Hoy vamos a volver por allí que os voy a contar una leyenda sobre un guardia muy guapo al que le gustaba mucho las mujeres, la bebida y el juego...

Calle Sacramento 

Don Juan Echenique, guardia de Corps o lo que es lo mismo, Guardia Real, tenia fama de mujeriego entre sus compañeros de trabajo. Tanto lo era, que se le conocía como el "lindo guardián de Corps", para que nos hagamos una idea.

Según donde leas la leyenda, yendo o volviendo de su trabajo, engalanado con su espada y uniforme en una noche de diluvio, pasó por la calle Sacramento cuando vio en un balcón a una chica guapísima. Él sacó todo su arte de gato seductor y para su sorpresa, cuando la saludó levantando el sombrero, ella le hizo una seña para que subiera.

Al llegar al segundo piso, se encontró con la puerta de la casa entre abierta donde le esperaba su dama con una sonrisa de oreja a oreja. La casa estaba muy bien decorada y había una chimenea encendida pero como os podéis imaginar, aquella noche la chimenea no fue lo unico que ardió.

A Don Juan le despertaron las campanas del convento de San Justo que le avisaban que ya estaban las luces del alba y que él debia de volver a su puesto para hacer el cambio de guardia, así que se vistió a toda prisa despidiéndose de su dama a la que prometió volver a ver.

Cuando llevaba un rato andando, se dio cuenta de que se había dejado la espada en casa de la dama, así que dio media vuelta y comenzó a correr pero cuando llegó a la casa, empezó a dar aldabonazos en la puerta y nadie le abría.

Iglesia de San Sebastián 

Tras un rato, salió un vecino que le preguntó qué quería y nuestro protagonista de hoy, le contó que se había dejado la espada dentro a lo que el vecino le dijo que era imposible ya que esa casa llevaba cerrada mas de cincuenta años tras la muerte de su dueña.

Don Juan forzó la puerta y al entrar vio una casa abandonada con una chimenea apagada, llena de telarañas y polvo, con su espada debidamente colocada en una silla dentro del viejo dormitorio.

Al entender que había pasado la noche con un fantasma, cogió su espada y se marchó a la iglesia de San Sebastián en la capilla del Cristo de la Fe donde depositó su espada y su fajín como exvotos, pidió perdón por su vida disoluta e ingresó en un monasterio.

Se dice que desde entonces, ese Cristo fue conocido como el Cristo de los Guardianes de Corps y que estuvo expuesto el espadín o la espada que dio origen a esta leyenda. Lastima que en vez de casas, solo exista a dia de hoy un parking.

¿Conocíais esta leyenda? ¿Qué os parece?