jueves, 6 de agosto de 2015

Calle de la Abada


Muchos caminando nos hemos fijado en esta placa con un rinoceronte en ella ¿que hace un rinoceronte cerca de la Gran Vía? ¿tiene sentido? pues un poco.
En el s.XVI, durante el reinado de Felipe II, unos feriantes portugueses, rinoceronte incluido, llegan a Madrid y se instalan al lado del Monasterio de San Martín. Si, monasterio y circo juntos, Spain is different.
Antiguamente a los rinocerontes se les llamaba abadas y en España eran unos animales exóticos y desconocidos así que la gente que estaba en las interminables colas para verlo, pagaban dos maravedíes y podían ver al animal mientras los portugueses amenizaban tocando música.
El hijo de un hornero hizo cierta amistad con el rinoceronte o lo que se pueda calificar de ese modo con un animal salvaje y le llevaba siempre pan y bollos que el animalillo comía felizmente pero un día, no se sabe si por que el chico quiso gastar una broma o por que no se dio cuenta, una de los bollos estaba recién horneado o también, puede ser que llevase una brasa del horno, sea como fuere, el animal se quemó y eso no le hizo ninguna gracia así que entró en cólera y mató al hijo del hornero.
El abad de San Martín echó a los portugueses cuando se enteró de lo sucedido pero encima, el animal se escapó por las calles de Madrid dejando 20 muertos en su camino.
Finalmente, lo encontraron en la era de Vicalvaro los propios portugueses y dieron muerte al animal.
Años después, el priorato vendió esos terrenos donde se construyeron casas y para conmemorar lo sucedido, decidieron llamar a una de las calles Abada.

Ahora imaginaros con todos los turistas que hay en la Gran Vía a un rinoceronte corriendo por el medio...si, también escenifico mucho.

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