Hoy os traigo una excursión de un dia que hice este puente de mayo a Rascafría y para ser mas concretos, al monasterio del Paular, asi que si te interesa ya sabes...
El camino hacia Rascafría ya promete, eso de ver la sierra nevada...bueno vale, que se estaba derritiendo y yo iba tan pancha con un jersey fino y una sudadera un poco gordita, nevado lo que se dice como para hacer la croqueta monte abajo no está, pero es precioso.
Con el móvil y el coche en movimiento, una hace lo que puede |
Una vez llegamos a Rascafría, nos dimos cuenta de que ya no íbamos a poder entrar en el monasterio hasta la tarde así que hicimos el recorrido que hace la gente que quiere ir desde el pueblo, eso sí, aparcar fue toda una aventura, me temo que muchos madrileños tuvimos la misma idea. Madrileños y no madrileños.
Tantos estábamos ahí, que casi nos quedamos sin comer,no encontramos sitio por no haber reservado, fallo nuestro pero oye, que yo no me imaginaba que eso iba a estar tan lleno como un concierto de los Rolling Stones y no me había pasado en otro sitio asi que ni contemplé la idea de reservar nada de nada.
Tras calmar mis ansias homicidas, decidí entrar en una tienda local (léase "chino")donde compre una barra pan, embutido y un cuchillo, bocata para todos pero menudas ganas se me quedaron de comer unas fabes de esas que anunciaban en todos los restaurantes. A Dios pongo por testigo que la próxima vez que me vaya de excursión de un dia, mirare antes en alguna web y reservare para las dos, otro dia sin fabes no me quedo.Vale, ya me ha desposeído Escarlata O´Hara,sigo.
De camino a Rascafría, ahí tengo que volver |
Una vez que nos paseamos por el pueblo, la verdad es que me dieron ganas de comprarme una casa allí y disfrutar las vistas todo lo posible, a parte del fresco que si me lees normalmente,sabrás que odio el calor con cada poro de mi ser humano. Es que hasta los bloques de pisos eran bonitos y encima, olía a leña, a esas chimeneas que me traen recuerdos de cuando mi ciudad dormitorio era un campo de amapolas y olivos con ese olor por las calles, daba gusto pasear por Rascafría.
Cuando vimos la hora, nos encaminamos hacia el monasterio cuyo precio de entrada son cinco euros, comparado con lo que he pagado en otros sitios me pareció hasta barato y merece la pena, eso si, si sois como yo que os va ir a vuestro aire viendo las cosas, la visita es guiada y duró aproximadamente unos 45 minutillos.
Ahora que recuerdo, creo que fueron seis euros porque cogimos la visita al claustro que por un euro no viene de aqui y tambien esta muy bien, son pinturas de Vicente Carducho.
Coche en movimiento, me costó hacer la foto de las vías del tren |
El camino de Rascafría al monasterio es muy facilito de hacer, con deciros que yo iba en vaqueros y una imitación de las Converse (las originales son muy caras y el monedero no está para hacer tanta excursión) sin equipación ninguna de senderismo, sin embargo,eso hizo que no siguiéramos hacia la ruta de las cascadas del Purgatorio, al no saber que tal iba a ser decidimos no hacerlo porque no íbamos muy deportivos.
Antes de irnos eso si, vi una tienda de chocolate artesano y ahí di buena cuenta de lenguas de gato, chocolate con almendras y...chocolate con pistachos.Chocolate y pistachos, es el sumun de las combinaciones.Luego, entramos en una tienda de dulces y ya ahi se me fue la pinza de forma comedida, pero un poco se me fue y me lleve varias cosas,en concreto unos bollos de canela que me da pena que ya no me quede ninguno.
Bueno, antes de irme, os dejo unas fotos que tomé del camino que va de Rascafría al monasterio, que las disfruteis.
Dan ganas de quedarse allí ¿verdad?
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