En la calle Toledo numero 83, la reconocida zona baja de Madrid, existía un teatro inaugurado en 1857 , sufrió varias remodelaciones y dos incendios sin importancia hasta la noche del 23 de septiembre de 1928.
Esa noche se representaba "La mejor del Puerto" una adaptación de un sainete andaluz, por lo que para parecer el barrio de Triana, decoraron el escenario con farolillos y bombillas.Cuando quedaba poco para terminar, una cortina comenzó a arder debido a un cortocircuito con todos los espectadores dentro y los actores aun encima del escenario.
El fuego alcanzo a las butacas delanteras, ya que todos los muebles del escenario eran de madera barata, así que entre los muebles, los farolillos y las bombillas, la situación se torno en pánico. Las salidas de emergencia eran insuficientes y el teatro entero se convirtió en una ratonera, estaba abarrotado de publico que comenzaba a asfixiarse por el humo y a quedar inconsciente.
Los actores salieron por la puerta que daba a Santa Ana mientras el fuego se extendía por los palcos, así que los presentes saltaron al patio de butacas, pero tristemente algunos se mataron en el intento.
Los bomberos atravesaron Madrid para llegar al teatro lo mas rápido posible, los taxistas trasladaban a los heridos a los hospitales a medida que iban sacándolos, pero poco se pudo hacer.
Encontraron 54 cuerpos en la escalera de salida, algunos aun humeaban, otros estaban asfixiados, los 23 restantes estaban aun dispersos y con una difícil identificación,ya que no había los adelantos de hoy en día y 150 heridos pero desgraciadamente, esa cantidad aumentaría en días posteriores a 90 muertos.
Primo de Rivera que presidia la dictadura, visitaba la zona con frecuencia y el alcalde Aristazabal, cedió una parcela del cementerio de la Almudena para enterrar a parte de las victimas.El teatro no fue reconstruido y hoy en día lo que hay es un bloque de viviendas.
Ahí estaba el teatro Novedades.
El problema del teatro no fue el incendio en si, ya que un accidente se puede dar en cualquier momento, el problema fueron los accesos de emergencia que fueron insuficientes y que para salir, había que subir escaleras por lo que al producirse una aglomeración, esas salidas se convertían en una ratonera impidiendo el escape del publico presente, pero en contra de lo que parece no sirvió para mejorar o cambiar la normativa en casos de emergencia ni para hacer que los centros de ocio publico como teatros o discotecas, tuviesen unas salidas de emergencia en condiciones.
Casi 60 años después, se repitió la historia en la calle Alcala, pero eso, os lo contare en otra ocasión.
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