La leyenda de Catalina Lercaro

Como esta pegando el calor en su máximo esplendor, he pensado que hoy nos podíamos ir de viaje a Tenerife y mitigarlo en sus preciosas playas y mientras comer unas papas arrugás con mojo picón. Eso si, mientras vamos en el avión, si te parece bien te voy a ir contando una historia de fantasmas situada en La Laguna...

El palacio Lercaro

Catalina Lercaro era hija de inmigrantes genoveses asentados en Tenerife tras la conquista. Sus padres eran comerciantes con una posición bastante asentada así que cuando su hija Catalina llegó a una edad casadera, su padre arregló el matrimonio de su hija sin consultarla con un cacique de la ciudad de avanzada edad que se dedicaba a la trata de esclavos.

Siendo tan joven, Catalina recibiría una dote muy suculenta pero claro, lo que no contaban es que a la joven le daba mucho asco su futuro marido ya que era conocido por su carácter cruel y déspota ¿qué vida le esperaba a ella?¿cómo la trataría?

El día antes de la boda,sus padres acudieron a ella para que se probase el vestido de novia pero salió corriendo de la estancia para refugiarse en la habitación y cerrarla con llave, nadie consiguió que abriese la puerta y de su pena, acabó durmiéndose mientras lloraba.

Catalina se despertó y vio que era noche cerrada, por lo que aprovechando que todos dormían, se puso su bata blanca y salió de la habitación intentando huir no se sabe muy bien hacia donde. Intentó abrir las puertas de la casa que conducían a la calle pero sus padres viendo la posibilidad de que Catalina huyese de la casa para no casarse, habían cerrado todas a cal y canto, debiendo dar a los sirvientes las llaves para que Catalina no tuviese oportunidad de huir.

Llorando se acercó a un pozo que había en el patio interior y en su desesperación se arrojó al mismo.

Foto de La Laguna ahora

Al dia siguiente, cuando la casa despertaba para hacer los preparativos, una de las criadas acudió al pozo a sacar agua encontrando el cadáver de Catalina con los ojos mirando al cielo en el fondo del pozo.

Sus padres intentaron negociar con el obispo para que pudieran darle una santa misa y enterrarla en el cementerio pero al ser una victima de suicidio, el obispo no aceptó ni siquiera el soborno por parte del señor Lercaro, teniendo que ser Catalina enterrada en el patio de su propia casa.

Pasados los días, los criados se empezaron a quejar de que en medio de la noche oían pasos en el piso de arriba, veían una sombra que llevaba algo blanco por el rabillo del ojo y se dice que una de las criadas, fue a sacar agua del pozo donde falleció Catalina para encontrarse que el agua se había teñido de rojo y que el espíritu de la chica, se encontraba mirándola fijamente al darse la vuelta.

Sus padres agobiados por la situación, se fueron de la Laguna para fijar su residencia en La Orotava donde los fenómenos no se volvieron a repetir.

A día de hoy, la casa Lercaro es sede del museo de Historia y Antropología en San Cristóbal de la Laguna y no es raro que algún vigilante cuente que se ha topado con el espíritu de Catalina o que ha escuchado pasos en la planta de arriba.

¿Conocías esta leyenda?¿qué te parece la historia de Catalina?¿sus padres marcharon de La Laguna porque no podían soportar el dolor de lo ocurrido con su hija o puede ser que ella también les atormentase?