miércoles, 9 de septiembre de 2020

El callejon del Perro


Hace ya algunos años, os traje aquí una calle que fue sacrificada por la construcción de la Gran Vía y un edificio que corrió la misma suerte. Hoy os vengo con una leyenda de un callejón conocido de sobra también eliminado cuando se construyó la Gran Vía,pero creo que os gustara...
Enrique de Villena vivia en un callejón angosto entre la calle Tudescos y Libreros. Aunque era un erudito en teología y medicina,estaba en el punto de mira de la Inquisición por su  fama de nigromante y alquimista pero me da a mi que como siempre, fue un adelantado a su época e incomprendido.
Enrique de Villena
El caso es que a Enrique le perseguía la leyenda de que había sido discípulo del propio Diablo en una cueva de Salamanca donde habría aprendido el arte de la nigromancia y la astrología, lo que hacia que su casa fuera mirada con un poco de mosqueo.
Ahora, si a eso añadimos que tenia un mastín negro enorme que la cuidaba, hacia que la gente se lo pensase dos veces antes que tener que pasar por allí ya que se decía que ese perro era el propio Demonio y que a parte de atacar, era capaz de echar un mal de ojo, comprenderéis que atravesar esos 2 metros de calle, debía de ser para cualquier viandante casi una actividad de riesgo.
El caso es que esa calle se quedó como "el callejón del perro" debido al mastín y siguió llamándose así a pesar de que al can le mataron de un flechazo, supuestamente alguien a quien había atacado previamente pero aun así, la gente que pasaba veía el espectro del perro y eso no paró ni cuando falleció el propio Villena.
Aunque a día de hoy la calle no existe y el merito de la calle estrecha de Madrid por excelencia va a la calle del Codo, yo si fuera vosotros y viniese a dar una vuelta, llevaría chuches perrunas,no sea que en medio del paseo un mastín de ojos rojos se os quede mirando fijamente en algún callejón...
 

2 comentarios:

  1. No le temería al espectro del mastín negro, más a un mastín vivo, de presencia real. Incluso al protector del erudito lo mataron de un flechazo. Si recurrieron a ese recurso tan extremo, se ve que lo temían. Yo temería más a los espectros de los inquisidores, de haberlos serían temibles.

    Hubo grandes que fueron sospechados, perseguidos, perdiendo su vida, en algunos casos, en forma violenta.
    Los alquimistas fracasaron en el elicir de la eterna juventud, pero dieron lugar a la química.

    Besos.

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    1. Es que la callecita era muy estrecha, entonces claro ver a ese pedazo de perro debía de ser cuanto menos impresionante.
      La Inquisición mandó quemar todas sus obras, se conserva muy poquito ya que le acusaron de nigromante pero lo mas gracioso, es que encima era traductor así que no solo se perdieron sus obras.
      Besos Demi

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