¿Sois vegetarianos?¿veganos? yo no, como menos carne que cuando era jovencita pero si que me gusta disfrutar de un buen chuletón de vez en cuando.
Eso si, miro mucho de donde procede la carne que compro para no llevarme sorpresas como las que os voy a contar hoy, así que ahora que lo pienso, espero que no estés comiendo o que si vas a ello, hoy si que optes por una opción mas vegetariana. Vamos a ver qué pasaba en Hannover tras la I Guerra Mundial...
Nuestro prota de joven |
Friedich Heinrich Karl Haarmann nació el 25 de octubre de 1879 en Hannover. Su familia no era para tirar cohetes, era uno de los pequeños hijos de un matrimonio que estaba mas rato bebiendo que trabajando.
Era una familia humilde de poco recurso en la que Fritz como seria conocido, le gustaba jugar mas con los juguetes de sus hermanas y pasar mas tiempo con niñas, por lo que su padre le daba unas palizas brutales pero otra cosa que no ayudaba, es que su madre le criase como una niña, vestidos incluidos.
Su padre volcaba en él toda su ira siendo su madre su único refugio y mas cuando sus hermanas, fueron yéndose de casa en cuanto pudieron para huir de la familia aunque casi todas acabaron siendo prostitutas al no tener ni oficio ni beneficio.
Viendo que no destacaba en los estudios y que en casa no se enderezaba, sus padres le metieron en una academia militar cuando cumplió los 16 años pero le expulsaron pronto alegando problemas mentales como la homosexualidad y los ataques epilépticos.
Con 17 años, se puso a acosar a unos niños y querer abusar de ellos por lo que fue enviado al sanatorio de Hildedheim donde fue tratado a base de descargas eléctricas para intentar curar todas sus perversiones y aunque le diagnosticaron como enfermo mental, en 1903 le dieron el alta para volver a la sociedad al haber sido calificado como un preso modelo durante su internamiento.
La casa de los horrores |
Estuvo un par de años viviendo en Suiza antes de volver a Hannover donde intentó meterse de nuevo en el ejercito pero le rechazaron por lo que acabó siendo un ladrón-estafador que entraba y salía de la comisaria constantemente por acosar a niños hasta que empezó la guerra y como imaginareis, Frizt pasó bastante del tema.
Pero una cosa si que había aprendido en todo este tiempo: el oficio de carnicero. Al parecer se le daba fenomenal y llegó a armar una banda en la que comerciaban con carne de contrabando, especialmente cerdo y caballo así que mientras el país se empobrecía, el cada vez tenia mas dinero vendiendo su carne a todo aquel que aflojase la mosca.
Además, para 1918, Frizt había conseguido otro empleo que no era otro que el de informante policial por lo que su banda podía operar haciendo contrabando con toda la tranquilidad del mundo mientras nuestro protagonista ejercía como chivato.
Pero todo cambia en la vida y en este caso, a Fritz le cambió de un año para otro ya que la carne empezó a escasear hasta para poder venderla él de contrabando por lo que sus dineros bajaban y la policía tampoco es que le diese mucha cosa. En ese tiempo, compartía una buhardilla en un barrio bastante peliagudo de Hannover, Neustrasse, situado cerca del rio Leine. Vivía con su pareja, Hans Grans y andaban los dos un poco desesperados por conseguir algo que vender en el mercado porque sino la cosa pintaba fatal.
Ese año, los padres de Friedel Rothe denuncian su desaparición, para ser mas exactos en septiembre. Empezando sus pesquisas, descubren que el chaval de 17 años ha sido visto con Frizt por lo que van a su buhardilla para interrogarlo descubriendo a un menor de 13 años de edad desnudo por lo que es detenido y condenado a nueve meses de prisión.
Pero salió ya que volvió a ser informante de la policía y gracias a eso, le dieron hasta una plaquita. Si la policía hubiese sido mas hábil y no se hubiesen centrado únicamente en el menor, quizás podrían haber visto una cabeza envuelta en papel de periódico tras la puerta de la cocina, cabeza muy parecida a la de Friedel.
Tras esto, Fritz empezó a vender carne a diario y según todos los vecinos de una calidad excelente. Hasta la regalaba a policías de vez en cuando al terminar su labor como informante y todos alababan que esa carne de caballo era espectacular y muy suave.
Las vistas de la casa de Fritz |
La policía comenzó a investigar en el barrio y uno de ellos, se acordó que un hombre de Neustrasse fue a la comisaria con un trozo de carne a denunciar que era humana y no de caballo, pero el policía que debía de tener algún tipo de analizador en el cerebro, lo olio, miró y sobeteó declarando que era carne de cerdo de muy buena calidad y no de alemán.
Además, los huesos habían aparecido muy cerquita de la casa de Frizt por lo que dado su historial comenzaron a preguntar a los vecinos, que declararon que es cierto que él y el hombre con el que vivía subían muchos jovencitos a casa y que de vez en cuando, antes de ir a vender su carne, pasaba por las casas y les regalaba huesos para caldos. Unos huesos muy blancos pero que daban un buen sabor a las sopas.
La policía sabia que Frizt estaba detrás de todo, sabiendo que se había perdido la pista al menos de cien menores de edad al año, muchos de ellos con denuncias de desaparición por parte de sus padres pero al ser la época que era, lo daban como algo normal pero con la aparición de todos esos esqueletos, pensaron que quizás no todos se habían ido a buscar una vida mejor.
En esas, el Diablo a veces se pone de tu parte y el 22 de junio de 1924, todo se precipitó. Frizt estaba bajo vigilancia sin saberlo y le pillaron en la estación de tren intentando seducir a un menor para que fuera con él a su buhardilla y los que acabaron yendo, fueron los policías con él tras su detención.
¿QUE HACIA FRIZT?
Durante cinco años, se valió de la plaquita que le había dado la policía como chivato para hacer y deshacer a su antojo.
Sin saber como empezó todo exactamente, Friedel fue su primera victima. Le prometió cenar caliente y al llegar a su casa le mató, pasando a pensar qué haría con su cuerpo así que con la ayuda de su pareja, decidió cortarlo y venderlo, tirando sus huesos al rio por la ventana.
Si la policía hubiese investigado al día siguiente mejor su casa, habrían encontrado la cabeza detrás de la puerta de la cocina y la ropa del chaval en la estufa. Al salir de la cárcel, comenzó su modus operandi acompañado de Hans de la siguiente manera: como he dicho, se iba con su placa a la estación de tren donde había muchos chavales vagabundeando.
Las razones de que hubiese tanto chaval allí, eran muchas: la guerra había dejado a sus familias sin el cabeza de familia y no tenían recursos, ellos mismos habían participado en la contienda y habían quedado mutilados o venían de un entorno pobre y rural buscando un trabajo de lo que fuera en la ciudad así que lo tuvo mas que fácil.
Memorial a sus victimas |
Una vez allí, elegía a su victima a la que enseñaba la placa, le decía que era de la policía y que estaba allí para ayudar a los menores a conseguir trabajo en la ciudad prometiéndoles un plato de comida caliente y dormir en cama al menos una noche; los chavales iban confiados con este hombre corpulento pero con aspecto de padre y una vez que llegaban a la buhardilla, el horror es poco.
Violaba a sus victimas, las hacia todas las vejaciones posibles y cuando estaba ya desatado, aprovechando su corpulencia, las inmovilizaba y seccionaba la carótida de un mordisco alcanzando el orgasmo. Una vez que había acabado, la ropa iba a la estufa a ser quemada y con ayuda de Hans, cortaban y limpiaban los cuerpos para venderlos al día siguiente. En cinco años, Hans se unió a la fiesta y acabaron eligiendo a las victimas por cualquier cosa.
VOLVAMOS AL REGISTRO
Con esto que os he contado, imaginareis que la policía casi sale vomitando de la casa. Las paredes estaban llenas de sangre, objetos personales de muchas de sus victimas, ropas variadas dentro de la estufa a medio quemar, huesos y osamentas de mobiliario, salchichas artesanales de carne que ya imaginareis de donde viene...
Durante el interrogatorio admitió que había tenido obsesión con su madre de forma sexual y que eso mas su homosexualidad le hacían sentir culpable, echando las culpas a un ente que se apoderaba de él y que no era consciente hasta que les daba lo que el llamaba "el mordisco del amor". Nunca se supo el numero exacto de sus victimas pero lo mas relativamente gracioso, vino cuando el caso salió a los medios y se supo en Hannover, nadie quiso admitir que había comprado carne a Fritz en esos cinco años en los que estuvo matando impunemente.
Además, nuestro protagonista de hoy no se cortó en el juicio a la hora de dar detalles de lo que hacia con ellos, le daba igual que estuviesen los padres de los chavales desaparecidos, tan fuerte fue que el juez acabó desalojando la sala y haciendo el juicio a puerta cerrada. Otra cosa que le dejó al magistrado fuera de sitio, fue que el propio Fritz pidiese a gritos pasar por la guillotina.
Los policías investigando la estufa |
Solo pudieron atribuirle los 24 cadáveres que encontraron drenando el rio por lo que fue condenado a muerte por decapitación que se llevó a cabo el 15 de abril de 1925 y su compañero Hans, que se que os lo estáis preguntando, fue condenado a cadena perpetua que se le redujeron a 12 años cuando se descubrió una carta dirigida al párroco de Fritz.
Durante el juicio, Fritz había acusado a Hans de complicidad pero en esa carta entregada al párroco mientras esperaba su ejecución, admitía haberlo hecho bajo coacción y que Hans nunca estaba en la casa cuando subía a los chavales y preparaba la carne ya que tenia su propio trabajo. Se quejaba de que Hans le tratase como una fonda pero le exculpaba de todo.
Así estuvo muchos años... |
En 1926, se juzgó a Hans y se le condenó a 12 años al no poder demostrar mas allá de la carta que no sabia nada pero vamos, que cuando terminó su condena fue al campo de concentración de Sachsenhausen donde estuvo hasta el final de la II Guerra Mundial. Tras eso, se cambió el nombre y siguió viviendo en Hannover donde se casó y falleció poco después.
Respecto a Fritz, siguió coleando después de muerto ya que muchos expertos pidieron su cabeza literalmente para estudiarla. Así que seccionaron su cerebro en varios trocitos, determinando una inflamación en el periostio que podía haber sido origen de alguna patología y restos de una meningitis. Su cabeza estuvo en la facultad de medicina de Gotinga conservada en formol desde 1925 hasta 2014 cuando decidieron incinerarla.
¿Conocías este caso? ¿Qué te parece? ¿crees que falló todo al dejarle salir del manicomio?
Hola, Morella.
ResponderEliminarNo es para excusar a l personaje, pero entre la familia, como era la época, no que tuviera muchas opciones, estaba bastante condicionado por las circunstancias.
Como vampiro sería un ghoul, obviamente no uno de los más sofisticados.
La polícia, por lo que contás, hizo cualquier cosa, al convertirlo en informante y hasta, darle una placa. Lo que facilitó sus métodos macabros.
Recuerda a una historia, en el comic de Cuentos de la cripta, de la editorial EC, pero peor.
Besos, Morella.
Yo es que creo que de su familia no podía salir nada bueno, en ese entorno no había mimbres. A la Policía le venía bien él como chivato ya que al parecer no dejaba títere con cabeza y de ahí que tardase en relacionarlo.
EliminarCreo q podía haber inspirado alguna historia, no me extrañaría que Historias de la Cripta lo hubiese cogido como inspiración. Lo que me gustaba esa serie de pequeña.
Un besazo Demi!
Morella , es espeluznate que barbaridad , espero no me extraña en las circunstancias que se crio ese hombre.
ResponderEliminarTodo comienza en su niñez con esas palizas de su padre y luego su madre vistiéndole de mujer.
Pero esa mente sin duda debía estar enferma no solo es violar a los menores, sino succiona la yugular y sentir placer , para luego cortales y venderles como carne comestible. Me da no sé.
Una historia que desconocía , sin duda te doy la gracias por traerla una cosa más que se, aunque en serio que mal esta la gente , antes y ahora.Un besazo cielo. A mi también me gusta un buen chuletón jajaja.
Feliz semana.
Es que un buen chuletón, te reinicia hasta la existencia! Es que aquí se unieron un niño enfermo y una familia para encerrar, salió lo que tenía que salir de ese entorno , de ahi si hubiese salido algo bueno habría tenido muchos traumas.
EliminarAhora, creo q la peor parte,sin incluir las víctimas, se la llevan los vecinos que le cogían la carne y los huesos. Me pongo en su piel y no se que haría.
Un besazo Campirela!
No conocía la historia. Pero me pareció muy interesante. Te mando un beso
ResponderEliminarEs digna de ser estudiada. Un besazo J. P!
EliminarQué macabra historia, pero engancha. Interesante.
ResponderEliminarSaludos
La verdad es que al final estos asesinos no dejan de ser reflejo de la sociedad en la que vivieron...
EliminarUn besazo Eugenia!
ese tal fritz se aprovechó del caos que se cierne en un país tras una guerra para hacer sus fechorías. estoy seguro que en tiempos normales no se hubieran producido tantas víctimas y a él la justicia lo hubiera ajusticiado a la brevedad posible.
ResponderEliminarla próxima vez que vaya al mercado, de frente compraré pescado para estar seguro, jajaja.
besos.
Yo creo que eso es lo peor, que a parte de ser un asesino despiadado, encima hizo que sus vecinos se comiesen la carne de sus victimas.
EliminarMe uno a la compra de pescado jajaja
Un besazo Draco!