Al estar tan cerca de la Plaza Mayor, facilitaba el transporte de los reos a su ejecución, que siempre se hacia publica en la plaza, normalmente por el callejón de Santo Tomas,también conocido como el callejón del Verdugo, eso dice todo ¿no te parece?
La cárcel estuvo en activo hasta entrado el XIX, cuando presos y carceleros compartieron una epidemia y trasladaron a los reos al Oratorio del Salvador del Mundo y posteriormente al Secadero de Tocino cuando dejo de funcionar como tal.
Pero sus vecinos, declaraban oír voces, lamentos, gritos y arrastrar de grilletes en ese edificio por el que habían pasado detenidos tan ilustres como Espronceda o Luis Candelas.
Como curiosidad decir que ha tenido múltiples usos, entre ellos el Ministerio de Ultramar y por ello tiene un patio dedicado a Cristobal Colon y otro dedicado a Juan Sebastian Elcano.
Habrá que preguntar a los vecinos si aun continúan oyendo cosas...
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