El lagarto Jaén o el Lagarto de la Malena. O Magdalena. Ya paro.

Hoy nos vamos a ir de viaje dentro de España, concretamente a Jaén a ver una leyenda que es patrimonio de la humanidad aunque sea inmaterial. En su día me la contó el señor Morello y como muchas veces me compara con el lagarto porque tengo el mismo saque (aquí eso es la facilidad que tiene una para comer), me he decidido a compartirla por aquí.

Eso si, si meto el cazo en algún dato y hay algún o alguna jienense que quiera corregirme, será bienvenido.

En 1628, todo aquel que se acercaba a por agua a la fuente de la Magdalena, desaparecía. Al principio, solo eran ovejas pero mas tarde, comenzaron a desaparecer personas.

Las sospechas cayeron en una cueva que estaba muy cerquita, pensando que lo mas probable es que un animal se resguardase ahí dentro, como así fue, un lagarto tan grande que muchos confundieron con un dragón.

Un pastor harto de perder a su rebaño, decidió matar a una de sus ovejas con la esperanza de que fuese la ultima; la quitó todas las vísceras y la rellenó con yesca ardiendo, dejando lo que quedaba de oveja en la entrada de la cueva. El lagarto al oler la sangre, no tardó en salir a comerse el animal, muriendo al abrasarse las entrañas. Esta es la leyenda que en su día me contó el señor Morello pero hay un par de versiones mas que me gustaría contaros.

VERSION 1: EL PRESO Y EL PAN

Un preso condenado a muerte, se ofreció a matar al lagarto a cambio de su libertad. Como la gente tenia tanto miedo y andaba desesperada, se decidió dejarle que lo intentase, total lo mas probable es que no saliese bien.

El preso pidió un saco de pólvora y otro con panes calentitos, se subió a un caballo y aprovechando que el lagarto dormía, comenzó a dejar un camino de panes en la entrada de la cueva; el lagarto al oler el pan, se despertó y comenzó a seguir la hilera de panes comiéndose todos. El preso, seguía lanzándole panes desde la montura del caballo hasta que llegó a la iglesia de San Idelfonso donde en la plaza a vista de todo el mundo, le tiró el saco de pólvora que el lagarto confundió con un pan por lo que salió volando por los aires al hincarle el diente.

Esta leyenda y la anterior que os he contado, a veces se mezclan y el pastor de la anterior, le mete en el pellejo pólvora a la oveja.

Iglesia de San Ildefonso,Jaen

VERSION 2: UN CABALLERO CON MUCHOS ESPEJOS

La gente harta del lagarto, decide hacer lo que piensa que es lo mejor: encargar el trabajo a un caballero con experiencia en bestias.

El caballero, resultó ser un guerrero de la ciudad que al saber de lo que pasaba, decidió que se fabricaría una armadura nueva llena de espejos, cogió la espada y  se marchó a caballo camino de la cueva de la Magdalena. Cuando llegó, el lagarto estaba por ahí fuera viendo que cazaba y al mirar al guerrero, el sol que se reflejaba en la armadura, cegó al animal y nuestro héroe de ahora, aprovechó para atravesarlo con la espada y tal fue su fuerza que el lagarto tropezó con una piedra y cayó por un terraplén.

¿TIENE ALGO DE VERDAD?

Pues lo gracioso es que se dice que tiene un origen real. Un carpintero jienense que embarcó junto a Colón, cuando llegó a América vio una cría de lagarto que era mas grande que las que había en su tierra, así que decidió traérsela y así mostrarla a los vecinos pero el buen señor, no sabia que lo que se había traído era una cría de caimán por lo que el animal empezó a demandar cada vez mas carne y era el propio carpintero quien robaba corderos a los vecinos.

Al final, el hombre se cansó de las habladurías, del animal y supongo yo que de robar corderos en medio de la noche así que liberó al caimán que la gente al verlo cerca de la fuente, confundía con un dragón.

Detalle de la escultura

A pesar de que no hay registros de ningún carpintero embarcado a las Américas, cuadraría con la piel de caimán o cocodrilo que estaba expuesta en la iglesia de San Idelfonso, lo mas probable es que fuera un regalo traído de allí pero quien sabe que cuando el rio suena...

Ahora, como curiosidad, el lagarto tiene una bebida que se llama "la sangre del lagarto" que se sirve el día del Lagarto de la Magdalena, el dos de julio. Básicamente se hace calentando vino tinto sin que llegue a hervir, con tres clavos, canela en rama, azúcar, anís y cascaras de naranja o limón, tu decisión es tomártelo frio o caliente pero eso si, tienes que decir el conjuro del lagarto mientras lo preparas: 

Sal Dragón ventrudo, de fogoso hocico,

sal de tu cueva y danza como ser maldito.

Volcán de Jabalcuz escucha este duelo,

eructa tu fuego lanzándolo al vuelo,

Duendes y fantasmas venid a la sangre,

escupid el odio sin hacer vinagre.

Viento de Jaén, afila silbidos,

suenen al oído como alaridos.

Pastor, caballero, preso o guerrero,

lanza tus panes, prepara el cordero.

Enciende la yesca, trágate la pena, 

¡Que reviente el Lagarto de la Magdalena!

No creo que se te aparezca el lagarto si no recitas esto al prepararlo pero yo me tomaría el brebaje frio, que no se tú pero como me lo tome caliente, te toco el acordeón sin tener ni idea de como funciona el instrumento. 

¿Conocías esta leyenda?¿alguna que otra versión?¿te sientes identificad@ con el lagarto por tu facilidad al comer?